Yo soy yo y soy vos mientras me lees.. Vos sos vos y cuando me lees sos yo..
domingo, 18 de diciembre de 2011
...
Su instrumento, más que instrumento, parte de su cuerpo, había quedado dormido por largo tiempo y ella nunca pudo explicarlo, nunca llegó a entenderlo. Hasta ahora, que veía todo con claridad, la claridad de alguien invadido por el obsesivo impulso de destrucción. Si quizá eso no fuera una claridad objetiva, caminó con paso firme, una mano delante de la otra, sus latidos eran fuertes y en su mente corría una brisa oscura, nada más.
Lo tomó, le sacó el polvo y comenzó a acariciarlo con un poco de brusquedad; luego sus dedos fueron calmándose pero el temblor cardíaco permanecía tan presente que lo escuchaba en las paredes del cubo donde estaba inserta.
Lo admiró… y no pensaba.
Era su soledad quien la mataba, era su ensimismamiento el que la guiaba a la nada, a quedarse… y quedarse… y quedarse. Así, ninguna idea. Puro presente.
Poco a poco su cuerpo se iba consumiendo y ella sabía que la causa de aquel estado putrefacto, era la rabia guardada por tanto tiempo.
Se mantuvo así minutos, horas, tal vez días, no recuerda. De repente, como si un espanto la hubiera despertado, volvió a sostener su órgano externo entre las manos y lo sintió otra vez propio.
Un único pensamiento atravesó su silencio… Actuó sobre ella misma con su amado cómplice creyendo que, como si fuera mágicamente, destruiría la verdadera fuente de sus males. Pero nunca supo que eso la llevaba un paso más cerca de su exterminio.
jueves, 6 de octubre de 2011
Libros sabios
lunes, 29 de agosto de 2011
Otro momento reflexivo. Volúmen invierno 2011.
Uno...
Dos...
(respiro...)
(respiro...)
Noventa y nueve...
(respiro...)
Noventa y ocho...
(respiro...)
Noventa y siete...
(respiro...)
Noventa y seis...
(respiro...)
...
No. De este modo sólo funciona con una anestesia. Si voy así sola sin nada mas que palabras largas de representantes mentales de cantidades de cualquier cosa, me produce más intranquilidad, que una reflexión.
Quizá deba respirar y concentrarme en mis pulmones...
O tal vez nunca haya existido ese "amigo imaginario" invisible por haber estado materializado en un muñeco, en una pequeña personita, en un osito, un autito.
Mi experiencia diaria me ha enseñado que hay gente a la que nunca le hicieron respetar los momentos de habla de los demás y los instantes de silencio. Esas gentes que cuando están solas pensando, pasan el movimiento laringeo a otro entero bucal, y hacen atravesar aire por las cuerdas bocales, sin notar que quedan como unos completos tarados.
Esas gentes que cuando leen algo, en vez de posar sus ojos sobre las letras, mueven lengua y labios ruidosamente, con algún agregado carcajeante que, si prestas atención, te hace saltar del susto, para luego repensar si realmente esa persona no necesita tratamiento psiquiátrico por algún tipo de psicosis. Por algún amigo imaginario que se haya creado en medio de una esquizofrenia.
Sorprende cómo ese viejo amigo en algunos persiste a lo largo de los años. Sorprende cómo la necesidad de estar acompañado con ruido de muchas personas se vuelve tan insoportable que uno DEBE HABLAR para poder escucharse y sentir algo de calor humano...
Todo completamente ficticio...
Como cuando uno busca refugiarse en una habitación, con un libro, con su música para sentir que las palabras plasmadas ahí son seres que nos acompañan.
Como la pornografía... para sentir algo irreal-incompleto de aquello que hace falta.
Como el deseo... que se estabiliza en la falta, que se funda y nace en la falta. Un hueco eterno que se tapa sólo con la muerte.
El final, el punto, la completud del deseo es la muerte. Incesantemente eterno, melancólico, romántico, con todo su centro en el odio. Con toda su esencia en la nada.
Como esa nada que la autoridad veía en charlas imaginarias con amigos invisibles, con nuestra naciente conciencia.
Y a pesar del ruido de charlas que no comprendo, que no me interesa interiorizar ni oír, a pesar de la mala respiración, de la mala postura, del hambre, del malestar que me causa ser invadida en mi propia casa, llegué a una reflexión que puede resultar incoherente, innecesaria, incomprensible... pero en fin, la logré.
Por hoy dejo esto. Quién sabe cuándo vuelva a escribir por acá.
martes, 14 de junio de 2011
Alice: madness returns


lunes, 6 de junio de 2011
En Wikipedia se encuentra de todo
En la ciudad de Paraná cuando un chofer de la Línea 20 (que transita desde San Agustín a avenida Jorge Newbery) apagó las luces del coche como señal de que había finalizado el recorrido. A lo lejos divisó a un hombre que le hacía señas y que él conocía y le permitió subir aunque el coche ya estaba fuera de servicio. Según el relato de un familiar directo del colectivero a Elonce TV, “ambos vieron a una mujer rubia, joven, de piel opaca, ojos rojos, cabello desaliñado y muy mal olor, que recorría el pasillo en penumbras, desde el fondo del colectivo. De prisa, la mujer se acercó al chofer y mirándolo fijamente a los ojos abrió la bolsa que llevaba en sus manos”. El familiar del chofer de la línea 20, mencionó que los hombres se horrorizaron al ver una cabeza humana dentro la bolsa. En ese instante, la fantasmagórica mujer le habló al chofer y le preguntó cuál era el fin del recorrido porque ella debía cruzarse a otro colectivo, aseguró la fuente consultada. La extraña aparición dejó al colectivero sin palabras y el espectro desapareció en el cruce de Avenida Jorge Newbery y la Ruta 12, cercana al acceso al Cementerio de San Benito.
Consternados, el chofer y su pasajero no pudieron contener el miedo y pidieron ayuda a sus compañeros de la Empresa Mariano Moreno. Cuando llegó el auxilio, los dos hombres estaban descompuestos por lo vivido, el timbre del vehículo sonaba por momentos, el GPS se apagó y las puertas se abrían y cerraban sin ser accionadas por nadie. La joven pálida había desaparecido en la oscuridad. El transporte público, en ese momento, fue conducido por un mecánico que debió bajar en Miguel David y Caputo debido a los insoportables y constantes timbrazos que lo atormentaron durante el camino. Los hombres fueron trasladados hacia la terminal de la empresa, en el vehículo que auxilió al colectivero. Sin embargo, la pesadilla no había terminado: Cuatro días después de la aparición, el pasajero prefiere mantenerse en silencio. Mientras, el chofer pidió licencia hasta junio porque – según confesaron sus familiares a Elonce TV – no puede conciliar el sueño “desde aquel horroroso momento, que no puede borrar de su memoria”. Tocaba el timbre solo, la máquina de GPS se descompuso. Cuando pasó Miguel David y Caputo era insoportable continuar por los timbrazos. Este extraño suceso se repitió varias veces en las ciudad de Paraná (Entre Ríos), Santa Fe Capital y al rededores. Tiene varios nombres, "La Dama de Blanco" o "La llorona" es uno de ellos.
Compruébenlo ustedes mismos..:
Fuente: Wikipedia
Enlace: http://es.wikipedia.org/wiki/Fantasma
jueves, 7 de abril de 2011
El leve Pedro
Durante dos meses se asomó a la muerte. El médico refunfuñaba que la enfermedad de Pedro era nueva, que no había modo de tratarse y que él no sabía qué hacer... Por suerte el enfermo, solito, se fue curando. No había perdido su buen humor, su oronda calma provinciana. Demasiado flaco y eso era todo. Pero al levantarse después de varias semanas de convalecencia se sintió sin peso.
- Oye -dijo a su mujer- me siento bien pero ¡no sé!, el cuerpo me parece... ausente. Estoy como si mis envolturas fueran a desprenderse dejándome el alma desnuda
- Languideces -le respondió su mujer.
- Tal vez.
Siguió recobrándose. Ya paseaba por el caserón, atendía el hambre de las gallinas y de los cerdos, dio una mano de pintura verde a la pajarera bulliciosa y aun se animó a hachar la leña y llevarla en carretilla hasta el galpón.
Según pasaban los días las carnes de Pedro perdían densidad. Algo muy raro le iba minando, socavando, vaciando el cuerpo. Se sentía con una ingravidez portentosa. Era la ingravidez de la chispa, de la burbuja y del globo. Le costaba muy poco saltar limpiamente la verja, trepar las escaleras de cinco en cinco, coger de un brinco la manzana alta.
- Te has mejorado tanto -observaba su mujer- que pareces un chiquillo acróbata.
Una mañana Pedro se asustó. Hasta entonces su agilidad le había preocupado, pero todo ocurría como Dios manda. Era extraordinario que, sin proponérselo, convirtiera la marcha de los humanos en una triunfal carrera en volandas sobre la quinta. Era extraordinario pero no milagroso. Lo milagroso apareció esa mañana.
Muy temprano fue al potrero. Caminaba con pasos contenidos porque ya sabía que en cuanto taconeara iría dando botes por el corral. Arremangó la camisa, acomodó un tronco, tomó el hacha y asestó el primer golpe. Entonces, rechazado por el impulso de su propio hachazo, Pedro levantó vuelo.
Prendido todavía del hacha, quedó un instante en suspensión levitando allá, a la altura de los techos; y luego bajó lentamente, bajó como un tenue vilano de cardo.
Acudió su mujer cuando Pedro ya había descendido y, con una palidez de muerte, temblaba agarrado a un rollizo tronco.
-¡Hebe! ¡Casi me caigo al cielo!
-Tonterías. No puedes caerte el cielo. Nadie se cae al cielo, ¿Qué te ha pasado?
Pedro explicó la cosa a su mujer y ésta, sin asombro, le convino:
-Te sucede por hacerte el acróbata. Ya te lo he prevenido.
El día menos pensado te desnucarás en una de tus piruetas.
-¡No, no! -insistió Pedro-. Ahora es diferente. Me resbalé. El cielo es un precipicio, Hebe.
Pedro soltó el tronco que lo anclaba pero se asió fuertemente a su mujer. Así abrazados volvieron a la casa.
-¡Hombre! -le dijo Hebe, que sentía el cuerpo de su marido pegado al suyo como el de un animal extrañamente joven y salvaje, con ansias de huir. -¡Hombre, déjate de hacer fuerza, que me arrastras! Das unas zancadas como si quisieras echarte a volar.
-¿Has visto, has visto? Algo horrible me está amenazando, Hebe. Un esguince, y ya comienza la ascensión.
Esa tarde, Pedro, que estaba apoltronado en el patio leyendo las historietas del periódico, se rió convulsivamente, y con la propulsión de ese motor alegre fue elevándose como un ludión, como un buzo que se quita las suelas. La risa se trocó en terror y Hebe acudió otra vez a las voces de su marido. Alcanzó a agarrarle los pantalones y lo atrajo a la tierra. Ya no había duda. Hebe le llenó los bolsillos con grandes tuercas, caños de plomo y piedras; y estos pesos por el momento dieron a su cuerpo la solidez necesaria para tranquear por la galería y empinarse por la escalera de su cuarto. Lo difícil fue desvestirlo. Cuando Hebe le quitó los hierros y el plomo, Pedro, fluctuante sobre las sábanas, se entrelazó con los barrotes de la cama y le advirtió:
-¡Cuidado, Hebe! Vamos a hacerlo despacio porque no quiero dormir en el techo.
-Mañana mismo llamaremos al médico.
-Si consigo estarme quieto no me ocurrirá nada. Solamente cuando me agito me hago aeronauta.
Con mil precauciones pudo acostarse y se sintió seguro.
-¿Tienes ganas de subir?
-No. Estoy bien.
Se dieron las buenas noches y Hebe apagó la luz.
Al otro día cuando Hebe despegó los ojos vio a Pedro durmiendo como un bendito, con la cara pegada al techo.
Parecía un globo escapado de las manos de un niño.
-¡Pedro, Pedro! -gritó aterrorizada.
Al fin Pedro despertó, dolorido por el estrujón de varias horas contra el cielo raso. ¡Qué espanto! Trató de saltar al revés, de caer para arriba, de subir para abajo. Pero el techo lo succionaba como succionaba el suelo a Hebe.
-Tendrás que atarme de una pierna y amarrarme al ropero hasta que llames al doctor y vea qué pasa.
Hebe buscó una cuerda y una escalera, ató un pie a su marido y se puso a tirar con todo el ánimo. El cuerpo adosado al techo se removió como un lento dirigible.
Aterrizaba.
En eso se coló por la puerta un correntón de aire que ladeó la leve corporeidad de Pedro y, como a una pluma, la sopló por la ventana abierta. Ocurrió en un segundo. Hebe lanzó un grito y la cuerda se le desvaneció, subía por el aire inocente de la mañana, subía en suave contoneo como un globo de color fugitivo en un día de fiesta, perdido para siempre, en viaje al infinito. Se hizo un punto y luego nada.
De Cuentos Completos, Enrique Anderson Imbert.
lunes, 21 de marzo de 2011
Reflexión 3
Contradictoriamente, se me dio la oportunidad de leer una novela que habla de las almas, estas tienen la característica de existir para la sociedad, no están hechas para vivir solas.
sábado, 19 de marzo de 2011
Adapt- Posters de desordenes mentales

miércoles, 16 de marzo de 2011
miércoles, 9 de marzo de 2011
lunes, 7 de marzo de 2011
sábado, 5 de marzo de 2011
Fobias..

Como mi estudio tiene que ver con este tema, entre otros, como me interesa y como tuve un ataque hace poco, se me dio por buscar un poco de información sobre las fobias.
- Acrofobia: miedo a las alturas. (No confundir con Vértigo, que sólo es una sensación de mareo).
- Agorafobia: miedo a los lugares abiertos.
- Amatafobia: miedo al polvo.
- Antropofobia: miedo a las personas o a la sociedad.
- Aracnofobia: miedo a las arañas o a los arácnidos.
- Araquibutirofobia: miedo a que algún alimento se quede incrustado entre los dientes o se pegue al paladar.
- Autofobia: miedo de quedarse solo.
- Belonefobia: miedo a los objetos punzocortantes (agujas, alfileres, cuchillos, navajas, sierras, jeringas, etc)comunmente relacionada con otras fobias como la hemofobia y la traumatofobia.
- Bogifobia: miedo a los duendes y monstruos.
- Canofobia : miedo a los perros.
- Claustrofobia: miedo a los lugares cerrados.
- Coulrofobia: miedo a los payasos.
- Crometofobia o Crematofobia: miedo al dinero y valores de capital.
- Dendrofobia: miedo a los árboles.
- Efebofobia: temor hacia los jóvenes o adolescentes.
- Enoclofobia, Demofobia, u Oclofobia: miedo a las multitudes de personas, ya sean en lugares abiertos o cerrados.
- Entomofobia: miedo a los insectos.
- Escalofobia: miedo al colegio.
- Espectrofobia: miedo a los espejos.
- Gamofobia: horror del matrimonio.
- Hemofobia: miedo a la sangre.
- Hexakosioihexekontahexafobia (Abreviado trihexafobia): miedo irraccional al número 666.
- Hidrofobia: miedo al agua.
- Homofobia: miedo a la monotonía, la homosexualidad, o a volverse homosexual.
- Hoplofobia: temor, miedo a las armas o mas bien, las armas de fuego.
- Islamofobia: temor inducido en contra de las culturas islámicas o musulmanas.
- Laliofobia o Lalofobia: miedo a hablar a otros o al público en general.
- Leucofobia: miedo al color blanco.
- Ligirofobia: miedo a las explosiones o ruidos fuertes.
- Ligofobia: miedo a la oscuridad.
- Lutrafobia: temor a las nutrias.
- Necrofobia: miedo a los muertos/cadáveres.
- Nictofobia: temor a la oscuridad.
- Numerofobia: miedo a los números.
- Ponofobia: temor morboso al dolor o a la fatiga.
- Quimiofobia: prejuicio contra las sustancias químicas.
- Radiofobia: miedo a la radiación.
- Rupofobia: miedo a la suciedad.
- Sesquipedalofobia: miedo irracional a pronunciar las palabras largas o complicadas (más frecuente en idiomas como el inglés, donde predominan las palabras de una o dos sílabas)
- Selacofobia: miedo irracional a los tiburones.
- Sexofobia: miedo al sexo, o a algunas de sus practicas.
- Telefonofobia: miedo a los teléfonos.
- Traumatofobia : miedo a los accidentes.
- Tremofobia: miedo a los temblores.
- Variabofobia: miedo a las variables.
- Venustrafobia: miedo a las mujeres hermosas.
- Xenofobia: temor o desagrado en contra de los extraños o extranjeros.
- Xilofobia: miedo a los objetos de madera.
- Zemifobia: temor a los topos.
- Zoofobia: temor a los animales.
Las reacciones de los entomofóbicos frecuentemente parecen irracionales incluso al propio afectado. Éstos evitan cualquier sitio donde crean que habitan insectos. Si ven un insecto de lejos, quizá no puedan entrar en la zona, aunque sea un lugar abierto, o se sientan obligados a intentar controlar el pánico que se desencadena.
La reacción ante el contacto o, simplemente la proximidad de estos animales, se caracteriza por sudoración, respiración rápida, taquicardia y náusea.
El miedo a los insectos puede determinar el lugar donde el fóbico decida vivir o hasta pasar sus vacaciones e igualmente limita los deportes o pasatiempos de los que pueda llegar a disfrutar.
Como la mayoría de las fobias, la entomofobia se puede curar con tratamiento psicológico. Los métodos habituales exponen gradualmente al fóbico al animal que le aterroriza, impartiendo al paciente, como terapia, clases de entomología para que se familiarice con la forma de vida de los insectos.
Una de las fobias más conocidas dentro del terror a los insectos es la apifobia (miedo a las abejas). También suelen producir fobia otros insectos, tales como: las cucarachas, avispas, libélulas, abejorros, escarabajos, orugas, etcétera.
Bueno.. me siento mucho más tranquila ahora que sé que si quiero tratarme la fobia tengo que exponerme a esos bichos horribles.
Diccionarios de fobias :
Fuente: Wikipedia :P
